domingo, 4 de octubre de 2009

TANGO- Argentina-



TANGO

El término parece provenir del idioma ibibio (idioma de la familia lingüística Níger-Congo), tamgú: ‘tambor’ y ‘bailar (al son del tambor)’. Se desconoce a ciencia cierta si la palabra española tambor proviene de este ibibio tamgú o del árabe hispánico tabal. En el siglo XIX, en la isla El Hierro (de las islas Canarias) y en otros lugares de América, la palabra «tango» significaba ‘reunión de negros para bailar al son del tambor’.


 Los traficantes de esclavos españoles llamaban «tangó» a los lugares donde encerraban a los esclavos, tanto en África como en América. El sitio donde los vendían también recibía ese nombre.
Antes de 1900 a este género se lo llamaba «tango canyengue».
La palabra es de origen africano.
Los negros porteños la pronunciaban caniengue y desde 1900 los blancos lo escribieron y pronunciaron canyengue (con la ye porteña).
 

Originariamente, el tango nace a fines del siglo XIX desde 1850 a 1880 ,en ambas márgenes del río de la Plata,en una mezcla de varios ritmos provenientes de los suburbios de Buenos Aires.
 Estuvo asociado desde un principio con burdeles y cabarets, ámbito de contención de una población inmigrante netamente masculina.
Debido a que solo las prostitutas aceptarían dicho baile, en sus comienzos era común que el tango se bailara por una pareja de hombres.

Muchos de los primeros tangos carecían de letras, pero los autores improvisaban en el momento.
Tiempo después se fueron convirtiendo en verdaderos tangos.
Como las letras describían el ambiente en que se encontraban fueron prohibidas ya que mencionaban prostíbulos y eran demasiadas obsenas y de poca educación. A su vez también en algunas partes de Buenos Aires comenzaba a hacerse poesía de las letras de tango, en la que se hablaba del rufianismo.

Se dio origen al “compadrito”, que era un hombre de escabio, mujeres y cuchillo. Él demostraba su dominio sobre las mujeres, con el arma, etc. Era terco y de mucho coraje.
El bandoneón, que le dio forma definitiva al tango, recién llegaría al Río de la Plata allá por el 1900, en las valijas de inmigrantes alemanes. No existen partituras de esta etapa originaria, porque los músicos de tango de entonces no sabían escribir la música y probablemente interpretaban sobre la base de melodías existentes, tanto de habaneras como de polcas. La primera partitura de la que existe registro (pero sin autor) es La canguela (1889) y se encuentra en el Museo de la Partitura de la Ciudad de Rosario.


Hasta 1920, autores como Antonio Viergol, Luis Roldán, Pérez Freiré y otros, hacían referencia a todos estos temas, hasta que apareció un autor llamado Contursi que es considerado como el más importante letrista del tango.
 Él originó la letra con argumento y narrativa, como por ejemplo su mayor éxito “Mi noche triste”. Contursi trató de despojar sus tangos de toda alusión obscena.

Las letras de sus canciones están compuestas basándose en un argot local llamado lunfardo y suelen expresar las tristezas, especialmente «en las cosas del amor»,
que sienten los hombres y las mujeres de pueblo, circunstancia que lo emparenta en cierto modo con el blues, sin que ello obste al tratamiento de otras temáticas, incluso humorísticas y políticas.


Enrique Santos Discépolo, uno de sus máximos poetas, definió al tango como «un pensamiento triste que se baila».


En 2009 fue presentado por los presidentes de la Argentina y Uruguay para ser incluido, y finalmente aprobado en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) de la Humanidad por la UNESCO.




EL TANGO LLEGA AL TEATRO COLÓN...ASTOR PIAZZOLA...



ALGUNAS LETRAS DE TANGOS CONOCIDOS...

Las primeras letras del Tango



Las primeras letras datan de 1870 y provienen de los tangos andaluces. Posteriormente los músicos locales modifican aquellas letras adaptándolas al medio local. Recién a fines del siglo diecinueve el tango -ya considerado como tal- comienza a tener sus propios letristas profesionales.
Unánimemente se considera como primer gran letrista del tango a Ángel Villoldo.



CARLOS GARDEL
El escritor Jorge Luis Borges solía decir que no le gustaba escuchar a Gardel porque hacía llorar a los porteños con sus tangos. Carlos Gardel era un hombre muy carismático y alegre pero con tendencia a la depresión. Reservado y humilde, prefería perder antes que discrepar. Dependiente de sus afectos, pero con una incontenible necesidad de llevar el tango a todo el mundo. Podemos encontrar en la canción de tango muchos rasgos de su personalidad. José Razzano decía que a veces lo encontraba melancólico y pensativo, como guardando una intensa pena.
                                                      


A media luz
Música: Edgardo Donato
 Letra: Carlos Lenzi

Corrientes 3, 4, 8, segundo piso, ascensor.
No hay porteros ni vecinos. Adentro, cocktail y amor.
Pisito que puso Maple: piano, estera y velador,
un telefón que contesta, una victrola que llora
viejos tangos de mi flor
y un gato de porcelana pa' que no maulle al amor.

Y todo a media luz, que es un brujo el amor,
a media luz los besos, a media luz los dos.
Y todo a media luz crepúsculo interior.
 ¡Qué suave terciopelo la media luz de amor!

Juncal 12, 24 Telefoneá sin temor.
De tarde, té con masitas; de noche, tango y cantar.
Los domingos, tés danzantes; los lunes, desolación,
Hay de todo en la casita: almohadones y divanes;
come en botica, cocó; alfombras que no hacen ruido
y mesa puesta al amor.
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Los mareados
Rara.. como encendida te hallé bebiendo linda y fatal...
Bebías y en el fragor del champán, loca, reías por no llorar...
Pena me dio encontrarte,
 pues al mirarte yo vi brillar
 tus ojos con un eléctrico ardor, tus bellos ojos que tanto adoré...

Esta noche, amiga mía, el alcohol nos ha embriagado...
¡Qué importa que se rían y nos llamen los mareados!
Cada cual tiene sus penas y nosotros las tenemos...
Esta noche beberemos porque ya no volveremos a vernos más...

Hoy vas a entrar en mi pasado, en el pasado de mi vida...
Tres cosas lleva mi alma herida: amor... pesar... dolor...
Hoy vas a entrar en mi pasado y hoy nuevas sendas tomaremos... ¡Qué grande ha sido nuestro amor!...
Y, sin embargo, ¡ay!, mirá lo que quedó...
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Malena
Música: Lucio Demare
Letra: Homero Manzi

Malena canta el tango como ninguna
y en cada verso pone su corazón.
A yuyo del suburbio su voz perfuma,
Malena tiene pena de bandoneón.
Tal vez allá en la infancia su voz de alondra tomó ese tono oscuro de callejón,
o acaso aquel romance que sólo nombra
cuando se pone triste con el alcohol.
Malena canta el tango con voz de sombra,
Malena tiene pena de bandoneón.
Tu canción tiene el frío del último encuentro.
Tu canción se hace amarga en la sal del recuerdo.
Yo no sé si tu voz es la flor de una pena,
só1o sé que al rumor de tus tangos, Malena,
 te siento más buena, más buena que yo.
Tus ojos son oscuros como el olvido,
tus labios apretados como el rencor,
tus manos dos palomas que sienten frío,
tus venas tienen sangre de bandoneón.
Tus tangos son criaturas abandonadas que cruzan sobre el barro del callejón,
cuando todas las puertas están cerradas
y ladran los fantasmas de la canción.
Malena canta el tango con voz quebrada,
Malena tiene pena de bandoneón.


---------------------------------------------------------------------------------Sur

San Juan y Boedo antigua, y todo el cielo,
Pompeya y más allá la inundación.
Tu melena de novia en el recuerdo
y tu nombre florando en el adiós.
La esquina del herrero, barro y pampa,
tu casa, tu vereda y el zanjón,
y un perfume de yuyos y de alfalfa
que me llena de nuevo el corazón.

Sur, paredón y después... Sur, una luz de almacén...
 Ya nunca me verás como me vieras, recostado en la vidriera y esperándote.
 Ya nunca alumbraré con las estrellas nuestra marcha sin querellas por las noches de Pompeya...
 Las calles y las lunas suburbanas, y mi amor y tu ventana todo ha muerto, ya lo sé...

San Juan y Boedo antiguo, cielo perdido,
Pompeya y al llegar al terraplén,
tus veinte años temblando de cariño
bajo el beso que entonces te robé.
Nostalgias de las cosas que han pasado,
arena que la vida se llevó
pesadumbre de barrios que han cambiado
 y amargura del sueño que murió.
---------------------------------------------------------------------------------- GARGANTA CON ARENA
Autor: Cacho Castaña

Ya ves, el día no amanece Polaco Goyeneche cántate un tango más ya ves, la noche se hace larga
 tu vida tiene un carma cantar siempre cantar.
 Tu voz que al tango lo emociona
diciendo el punto y coma que nadie le cantó
 tu voz con duendes y fantasmas
respira con el asma de un viejo bandoneón.
Canta garganta con arena
tu voz tiene la pena que Malena no cantó
canta que Juárez te condena
al lastimar tu pena con su blanco bandoneón.
Canta, la gente está aplaudiendo
y aunque te estés muriendo no conoce tu dolor
 canta que Troilo desde el cielo
debajo de tu almohada un verso te dejó.
 Cantor de un tango algo insolente
hiciste que a la gente le duela tu dolor
 cantor de un tango equilibrista
más que cantor artista con vicios de cantor
ya ves a mi y a Buenos Aires
nos falta siempre el aire cuando no está tu voz tu voz,
que un día me enseñaste el día que cantaste conmigo una canción.

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CAFETIN DE BUENOS AIRES
Letra Enrique Santos Discepolo
Música de Mariano Mores

De chiquilín te miraba de afuera,
 como esas cosas que nunca se alcanzan,
 la ñata contra el vidrio, en un azul de frío,
que solo fue después viviendo, igual al mío,
como una escuela de todas las cosas
ya de muchacho me diste,entre asombros
el cigarrillo la fe en mis sueños y una esperanza de amor.
Como olvidarte en ésta queja cafetín de Buenos Aires
si sos lo único en la vida que se pareció a mi vieja...
En tu mezcla milagrosa de sabihondos y suicidas
 yo aprendí filosofía dados, timba y la poseía cruel,
de no pensar mas en mí.
 Me diste en oro un puñado de amigos
que son los mismos que alientan mis horas,
José, el de la quimera. Marcial que aún cree y espera y el flaco Abel que se nos fue pero aún me guía.
Sobre tus mesas que nunca preguntan
lloré una tarde el primer desengaño
 nací a las penas, bebí mis años... y me entregué sin luchar.
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La pulpera de Santa Lucía
 Música: Enrique Maciel
Letra: Héctor Pedro Blomberg (vals)

 Era rubia y sus ojos celestes
reflejaban la gloria del día
y cantaba como una calandria la pulpera de Santa Lucía.
 Era flor de la vieja parroquia.
 ¿Quién fue el gaucho que no la quería?
Los soldados de cuatro cuarteles suspiraban en la pulpería.
Le cantó el payador mazorquero
con un dulce gemir de vihuelas en la reja que olía a jazmines,
 en el patio que olía a diamelas.
"Con el alma te quiero, pulpera,
y algún día tendrás que ser mía,
mientras llenan las noches del barrio
las guitarras de Santa Lucía".
La llevó un payador de Lavalle
 cuando el año cuarenta moría;
ya no alumbran sus ojos celestes
la parroquia de Santa Lucía.
No volvieron los trompas de Rosas
a cantarle vidalas y cielos.
En la reja de la pulpería los jazmines lloraban de celos.
Y volvió el payador mazorquero a cantar en el patio vacío
 la doliente y postrer serenata
que llevábase el viento del río:
¿Dónde estás con tus ojos celestes,
 oh pulpera que no fuiste mía?"
¡Cómo lloran por ti las guitarras, las guitarras de Santa Lucía!
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La última curda
Música: Aníbal Troilo
Letra: Cátulo Castillo

Lastima, bandoneón, mi corazon...
 tu ronca maldición maleva...
Tu lágrima de ron me lleva
hasta el hondo bajo fondo
donde el barro se subleva.
¡Ya sé, no me digás! ¡Tenés razón!
La vida es una herida absurda,
y es todo tan fugaz que es una curda,
¡nada más! mi confesión.
Contame tu condena, decime tu fracaso,
¿no ves la pena que me ha herido?
 Y hablame simplemente de aquel amor
 ausente tras un retazo del olvido.
¡Ya sé que te lastimo!
¡Ya se que te hago daño llorando mi sermón de vino!
 Pero es el viejo amor que tiembla, bandoneón,
y busca en el licor que aturde,
la curda que al final termine la función
corriéndole un telón al corazón.
 Un poco de recuerdo y sinsabor gotea tu rezongo lerdo.
Marea tu licor
y arrea la tropilla de la zurda al volcar la última curda.
Cerrame el ventanal que quema el sol
 su lento caracol de sueño,
¿no ves que vengo de un país que está de olvido,
siempre gris, tras el alcohol?...
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El último organito
Música: Acho Manzi
Letra: Homero Manzi

Las ruedas embarradas del último organito
vendrán desde la tarde buscando el arrabal,
con un caballo flaco y un rengo y un monito
y un coro de muchachas vestidas de percal.
Con pasos apagados elegirá la esquina
 donde se mezclan luces de luna
y almacén para que bailen valses
 detrás de la hornacina la pálida marquesa
y el pálido marqués.
El último organito irá de puerta en puerta
hasta encontrar la casa de la vecina muerta,
de la vecina aquella que se cansó de amar;
y allí molerá tangos para que llore el ciego,
el ciego inconsolable del verso de Carriego,
 que fuma, fuma y fuma sentado en el umbral.
Tendrá una caja blanca el último organito
 y el asma del otoño sacudirá su son,
y adornarán sus tablas cabezas de angelitos
y el eco de su piano será como un adiós.
Saludarán su ausencia las novias encerradas
abriendo las persianas detrás de su canción,
y el último organito se perderá en la nada
y el alma del suburbio se quedará sin voz.

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Cafetín de Buenos Aires
Música: Mariano Mores
Letra: Enrique Santos Discépolo

De chiquilín te miraba de afuera 
como a esas cosas que nunca se alcanzan...
La ñata contra el vidrio, en un azul de frío,
que sólo fue después viviendo igual al mío...
 Como una escuela de todas las cosas,
ya de muchacho me diste entre asombros:
el cigarrillo, la fe en mis sueños y una esperanza de amor.
Cómo olvidarte en esta queja,
cafetín de Buenos Aires, si sos lo único en la vida que se pareció a mi vieja...
En tu mezcla milagrosa de sabihondos y suicidas,
yo aprendí filosofía... dados... timba...
y la poesía cruel de no pensar más en mí.
Me diste en oro un puñado de amigos, que son los mismos que alientan mis horas:
 (José, el de la quimera... Marcial, que aún cree y espera... y el flaco Abel que se nos fue pero aún me guía....).
Sobre tus mesas que nunca preguntan lloré una tarde el primer desengaño, nací a las penas, bebí mis años y me entregué sin luchar. --------------------------------------------- -----------------------------------

Café La Humedad Música:
Cacho Castaña
Letra: Cacho Castaña
Humedad... Llovizna y frío...
Mi aliento empaña el vidrio azul del viejo bar
No me pregunten si hace mucho que la espero:
un café que ya está frío y hace varios ceniceros.
Aunque sé que nunca llega
siempre que llueve voy corriendo hasta el café,
y sólo cuento con la compañía de un gato
 que al cordón de mi zapato lo destroza con placer.

 Café La Humedad, billar y reunión...
Sábado con trampas... ¡Qué linda función!
Yo solamente necesito agradecerte
la enseñanza de tus noches que me alejan de la muerte.
 Café La Humedad, billar y reunión...
Sábado con trampas. ¡Qué linda función!
Yo simplemente te agradezco las poesías
que la escuela de tus noches le enseñaron a mis días.
Soledad de soltería...
Son treinta abriles ya cansados de soñar.
Por eso vuelvo hasta la esquina del boliche
a buscar la barra eterna de Gaona y Boyacá.
¡Ya son pocos los que quedan!
Vamos, muchachos, esta noche a recordar
una por una las hazañas de otros tiempos
 y el recuerdo del boliche que llamamos La Humedad.
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Caserón de tejas
Música: Sebastián Piana
Letra: Cátulo Castillo (vals)

¡Barrio de Belgrano! ¡Caserón de tejas ...
te acordás hermana, de las tibias noches sobre la vereda?
¿Cuando un tren cercano nos dejaba viejas,
raras añoranzas bajo la templanza suave del rosal?
¡Todo fue tan simple!
 ¡Claro como el cielo!
¡Bueno como el cuento que en las dulces siestas nos contó el abuelo!
Cuando en el pianito de la sala oscura sangraba la pura ternura de un vals.
¡Revivió! ¡Revivió!
 En las voces dormidas del piano,
 y al conjuro sutil de tu mano el faldón del abuelo vendrá... 
¡Llamalo! ¡Llamalo!
Viviremos el cuento lejano que en aquel caserón de Belgrano venciendo al arcano nos llama mamá...
¡Barrio de Belgrano! ¡Caserón de tejas!
 ¿Dónde está el aljibe, dónde están tus patios,
dónde están tus rejas?
Volverás al piano, mi hermanita vieja,
y en las melodías vivirán los días claros del hogar.
 Tu sonrisa, hermana, cobijó mi duelo,
y como en el cuento que en las dulces siestas
nos contó el abuelo,
tornará el pianito de la sala oscura a sangrar
la pura ternura del vals...

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Cambalache Música:
Enrique Santos Discépolo
Letra: Enrique Santos Discépolo

Que el mundo fue y será una porquería ya lo sé...
 (¡En el quinientos seis y en el dos mil también!).
Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos,
 contentos y amargaos, valores y dublé...
Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos en un merengue
y en un mismo lodo todos manoseaos...
¡Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor!...
¡Ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador!
¡Todo es igual! ¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro que un gran profesor!
No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han igualao.
Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición,
¡da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón!...
¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón!
¡Cualquiera es un señor! ¡Cualquiera es un ladrón!
Mezclao con Stavisky va Don Bosco y "La Mignón"
, Don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín...
 Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remaches
ves llorar la Biblia contra un calefón...
¡Siglo veinte, cambalache problemático y febril!...
El que no llora no mama y el que no afana es un gil!
¡Dale nomás! ¡Dale que va!
¡Que allá en el horno nos vamo a encontrar!
¡No pienses más, sentate a un lao,
 que a nadie importa si naciste honrao!
Es lo mismo el que labura noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura o está fuera de la ley...
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 Balada para un loco
Música: Astor Piazzolla
 Letra: Horacio Ferrer (Recitado)
Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo, ¿viste? Salís de tu casa, por Arenales. Lo de siempre: en la calle y en vos. . . Cuando, de repente, de atrás de un árbol, me aparezco yo.
 Mezcla rara de penúltimo linyera y de primer polizonte en el viaje a Venus: medio melón en la cabeza, las rayas de la camisa pintadas en la piel, dos medias suelas clavadas en los pies, y una banderita de taxi libre levantada en cada mano.
¡Te reís!... Pero sólo vos me ves: porque los maniquíes me guiñan; los semáforos me dan tres luces celestes, y las naranjas del frutero de la esquina me tiran azahares.
¡Vení!, que así, medio bailando y medio volando, me saco el melón para saludarte, te regalo una banderita, y te digo...

(Cantado) Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...
No ves que va la luna rodando por Callao;
que un corso de astronautas y niños, con un vals,
 me baila alrededor...
¡Bailá! ¡Vení! ¡Volá!
Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...
Yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión;
y a vos te vi tan triste...
¡Vení! ¡Volá! ¡Sentí!...
el loco berretín que tengo para vos:
¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Cuando anochezca en tu porteña soledad,
 por la ribera de tu sábana vendré
 con un poema y un trombón a desvelarte el corazón.
 ¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Como un acróbata demente saltaré,
sobre el abismo de tu escote hasta sentir que enloquecí tu corazón de libertad...
¡Ya vas a ver!
 (Recitado)
Salgamos a volar, querida mía; subite a mi ilusión super-sport, y vamos a correr por las cornisas ¡con una golondrina en el motor! De Vieytes nos aplauden: "¡Viva! ¡Viva!", los locos que inventaron el Amor; y un ángel y un soldado y una niña nos dan un valsecito bailador.
Nos sale a saludar la gente linda...
Y loco, pero tuyo, ¡qué sé yo!: provoco campanarios con la risa, y al fin, te miro, y canto a media voz:

(Cantado) Quereme así, piantao, piantao, piantao...
Trepate a esta ternura de locos que hay en mí, ponete esta peluca de alondras,
 ¡y volá! ¡Volá conmigo ya! ¡Vení, volá, vení!
Quereme así, piantao, piantao, piantao...
Abrite los amores que vamos a intentar la mágica locura total de revivir... ¡Vení, volá, vení! ¡Trai-lai-la-larará! (Gritado) ¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!
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Adiós pampa mía
Música: Francisco Canaro / Mariano Mores
Letra: Ivo Pelay

¡Adiós pampa mía!...
Me voy... Me voy a tierras extrañas
adiós, caminos que he recorrido,
 ríos, montes y cañadas, tapera donde he nacido.
Si no volvemos a vernos, tierra querida,
quiero que sepas que al irme dejo la vida.
¡Adiós!... Al dejarte, pampa mía,
ojos y alma se me llenan con el verde de tus pastos
y el temblor de las estrellas...
Con el canto de tus vientos
y el sollozar de vihuelas que me alegraron a veces,
y otras me hicieron llorar.
¡Adiós pampa mía!...
Me voy camino de la esperanza.
Adiós, llanuras que he galopado,
sendas, lomas y quebradas, lugares donde he soñado.
Yo he de volver a tu suelo,
cuando presienta que mi alma escapa como paloma hasta el cielo... ¡Adiós!...
¡Me voy, pampa mía!... ¡Adiós!...
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Al mundo le falta un tornillo
Música: José María Aguilar
Letra: Enrique Cadícamo

Todo el mundo está en la estufa, Triste, amargao
y sin garufa, neurasténico y cortao...
Se acabaron los robustos, si hasta yo, que daba gusto,
¡cuatro kilos he bajao!
Hoy no hay guita ni de asalto
y el puchero está tan alto que hay que usar el trampolín.
Si habrá crisis, bronca y hambre,
 que el que compra diez de fiambre
hoy se morfa hasta el piolín.
Hoy se vive de prepo y se duerme apurao.
 Y la chiva hasta a Cristo se la han afeitao...
Hoy se lleva a empeñar al amigo más fiel,
nadie invita a morfar...
todo el mundo en el riel.
Al mundo le falta un tornillo que venga un mecánico...
¿Pa' qué, che viejo? Pa' ver si lo puede arreglar.
 ¿Qué sucede?... ¡mama mía!
Se cayó la estantería o San Pedro abrió el portón.
 La creación anda a las piñas
y de pura arrebatiña apoliya sin colchón.
El ladrón es hoy decente a la fuerza se ha hecho gente,
va no encuentra a quién robar.
Y el honrao se ha vuelto chorro
porque en su fiebre de ahorro él se “afana” por guardar.
Al mundo le falta un tornillo,
que venga un mecánico. pa' ver si lo puede arreglar.

---------------------------------------------------------- ----------------------- Naranjo en flor
Música: Virgilio Expósito
Letra: Homero Expósito
Era más blanda que el agua,
que el agua blanda,
era más fresca que el río, naranjo en flor.
 Y en esa calle de estío, calle perdida,
dejó un pedazo de vida y se marchó...
 Primero hay que saber sufrir, después amar,
después partir y al fin andar sin pensamiento...
Perfume de naranjo en flor,
promesas vanas de un amor que se escaparon con el viento. Después...¿qué importa el después?
Toda mi vida es el ayer que me detiene en el pasado,
eterna y vieja juventud
que me ha dejado acobardado como un pájaro sin luz.
 ¿Qué le habrán hecho mis manos?
¿Qué le habrán hecho
 para dejarme en el pecho tanto dolor?
Dolor de vieja arboleda,
canción de esquina con un pedazo de vida, naranjo en flor.

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 No nos veremos más
Música: Luis Stazo
Letra: Federico Silva
De pronto ya todo quedó sin paisaje,
la nube que vuela, el tiempo de amar.
Y supimos tarde cual es el mensaje
para dos que tarde quisieron soñar.
Tu luz de verano me soñó en otoño
y yo te agradezco la felicidad.
No puedo engañarte, mi adiós es sincero,
tu estás en Enero, mi Abril ya se va.
¡Adiós! Es la manera de decir ya nunca.
¡Adiós! Es la palabra que quedó temblando.
¡Ay!, en el corazón de la partida.
¡Adiós!, Espina fina de la despedida.
¡Adiós, amor! ¡No nos veremos más!
Los sueños perdidos me duelen ahora
 cuando ya no es hora de querer soñar.
Y un niño que llora, soy yo mismo entonces,
buscando el juguete que no ha de encontrar.
Tu azúcar amarga se me entró en las venas,
me encendió la sangre hasta el corazón.
 Pero no te engaño, mi adiós es sincero,
 tu estás en Enero, mi Abril ya pasó.
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Nunca tuvo novio
Música: Agustín Bardi
Letra: Enrique Cadícamo
Pobre solterona te has quedado sin ilusión, sin fe...
Tu corazón de angustias se ha enfermado,
 puesta de sol es hoy tu vida trunca.
Sigues como entonces, releyendo el novelón sentimental,
en el que una niña aguarda en vano
por un mal de amor.
En la soledad de tu pieza de soltera está el dolor.
Triste realidad es el fin de tu jornada sin amor...
 Lloras y al llorar van las lágrimas temblando tu emoción;
en las hojas de tu viejo novelón te ves sin fuerza palpitar.
 Deja de llorar por el príncipe soñado que no fue
junto a ti a volcar el rimero melodioso de su voz.
 Tras el ventanal, mientras pega la llovizna en el cristal
 con tus ojos más nublados de dolor
soñás un paisaje de amor.
Nunca tuvo novio, ¡pobrecita!
¿Por qué el amor no fue a su jardin humilde de muchacha
 a reanimar las flores de sus años?.
¡Yo, con mi montón de desengaños igual que vos,
vivo sin luz, sin una caricia venturosa que haga olvidar mi cruz!


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Por una cabeza
Música: Carlos Gardel
Letra: Alfredo Le Pera

Por una cabeza
de un noble potrillo
que justo en la raya afloja al llegar,
 y que al regresar parece decir:
No olvidés, hermano, vos sabés, no hay que jugar.
Por una cabeza,
metejón de un día
 de aquella coqueta y burlona mujer,
que al jurar sonriendo el amor que está mintiendo,
quema en una hoguera todo mi querer.
Por una cabeza, todas las locuras.
 Su boca que besa, borra la tristeza,
 calma la amargura.
Por una cabeza,
si ella me olvida qué importa perderme mil veces la vida,
 para qué vivir.
Cuántos desengaños, por una cabeza.
 Yo jugué mil veces, no vuelvo a insistir.
Pero si un mirar me hiere al pasar,
 sus labios de fuego otra vez quiero besar.
Basta de carreras, se acabó la timba.
¡Un final reñido ya no vuelvo a ver!
 Pero si algún pingo llega a ser fija el domingo, yo me juego entero. ¡Qué le voy a hacer..!
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Qué tango hay que cantar
Música: Rubén Juárez
Letra: Cacho Castaña

Decime bandoneón, qué tango hay que cantar,
no ves que estoy muriéndome de pena.
Yo sé que en tus archivos
se quedó un tango que Gardel nunca cantó.
Permiso bandoneón,
 talvez Discepolín un verso te dejo para mi pena.
Yo sé que con tu aliento a soledad mi angustia
y mi dolor podes calmar.
¿Qué tango hay que cantar,
para poder seguir, creyendo en el amor una vez más?
¿Qué tango hay que cantar, decime bandoneón,
yo sé que vos también lloras de amor?
Tuviste un desengaño como el mío,
 la noche en que Malena se marchó.
Hermano bandonéon sabeme perdonar
si a todos deschavé, cuál es tu pena.
El beso que Malena no te dio la noche en que amurado te dejó. Querido bandoneón prestame un tango más,
no ves que están azules mis ojeras.
Azules por el frío de un amor,
amor que entra las sombras se perdió.
 ¿Qué tango hay que cantar, para poder seguir,
creyendo en el amor una vez más?
Y así disimular ante la gente la pena de un amor que ya no está. ¿Qué tango hay que cantar, querido bandoneón?
Busquemos ese tango entre los dos.
Tu pena con mi pena van del brazo,
qué lindo que se hicieran el amor.

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Se dice de mí
Música: Francisco Canaro
Letra: Ivo Pelay (milonga)

Se dice de mí, se dice de mí.
Se dice que soy fiera, que camino a lo malevo,
 que soy chueca y que me muevo con un aire compadrón,
que parezco Leguisamo, mi nariz es puntiaguda,
la figura no me ayuda y mi boca es un buzón.
Si charlo con Luis, con Pedro o con Juan,
hablando de mí os hombres están.
Critican si ya, la linea perdí, se fijan si voy, si vengo o si fui.
Se dicen muchas cosas, mas si el bulto no interesa,
porque pierden la cabeza ocupándose de mí.
Yo se que muchos me desprecian compañía
suspiran y se mueren cuando piensan en mi amor.
Y más de uno se derrite si suspiro y se quedan si los miro resoplando como un ford.
fea soy, pongámosle, que de eso aun no me enteré,
 en el amor, yo solo sé que a más de un gil, dejé a pie.
Podrá decir, podrán hablar, y murmurar,
y rebuznar, mas la fealdad que dios me dio,
mucha mujer me la envidió
y no diran que me engrupí porque modesta siempre fui.
Yo soy así
Y ocultan de mí,
ocultan que yo tengo, unos ojos soñadores,
ademas otros primores que producen sensación.
Si soy fiera se que, en cambio, tengo un cutis de muñeca,
los que dicen que soy chueca,
no me han visto en camisón.
Los hombres de mí critican la voz,
 el modo de andar, la pinta, la tos.
 Critican si ya la linea perdí,
se fijan si voy, si vengo, o si fui.
Se dicen muchas cosas, mas si el bulto no interesa,
porque pierden la cabeza ocupandose de mí.
Yo se que hay muchos me desprecian compañía,
y suspiran y se mueren cuando piensan en mi amor.
Y más de uno se derrite si suspiro y se quedan si los miro resoplando como un ford.
Si fea soy, pongamosle,
que de eso aun no me enteré en el amor, yo sólo se, que a más de un gil, deje de a pie
. Podrán decir, podrán hablar, y murmurar,
y rebuznar, mas la fealdad que dios me dio,
mucha mujer me la envidió.
Y no dirán que me engrupí porque modesta siempre fui.
Yo soy así.


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Tinta roja
Música: Sebastián Piana
 Letra: Cátulo Castillo
Paredón, tinta roja en el gris del ayer...
Tu emoción de ladrillo feliz
sobre mi callejón con un borrón pintó la esquina...
Y al botón que en el ancho de la noche
puso el filo de la ronda como un broche...
Y aquel buzón carmín, y aquel fondín
 donde lloraba el tano su rubio amor lejano
que mojaba con bon vin.
¿Dónde estará mi arrabal?
¿Quién se robó mi niñez?
¿En qué rincón, luna mía,
volcás como entonces tu clara alegría?
Veredas que yo pisé, malevos que ya no son,
bajo tu cielo de raso trasnocha un pedazo de mi corazón.
Paredón tinta roja en el gris del ayer...
 Borbotón de mi sangre infeliz que vertí
en el malvón de aquel balcón que la escondía...
Yo no sé si fue negro de mis penas
 o fue rojo de tus venas mi sangría...
Por qué llegó y se fue tras del carmín
y el gris, fondín lejano donde lloraba un tano
sus nostalgias de bon vin.
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Uno
Música: Mariano Mores
 Letra: Enrique Santos Discépolo

Uno busca lleno de esperanzas
el camino que los sueños prometieron a sus ansias.
Sabe que la lucha es cruel y es mucha pero lucha
y se desangra por la fe que lo empecina...
 Uno va arrastrándose entre espinas y en su afán de dar su amor, sufre y se destroza hasta entender
que uno se ha quedao sin corazón...
Precio de castigo que uno entrega por un beso que no llega
a un amor que lo engañó...
¡Vacío ya de amar y de llorar tanta traición!
 Si yo tuviera el corazón... (El corazón que di...)
 Si yo pudiera como ayer querer sin presentir...
 Es posible que a tus ojos que me gritan tu cariño
los cerrara con mis besos...
Sin pensar que eran como esos otros ojos,
los perversos, los que hundieron mi vivir.
Si yo tuviera el corazón... (El mismo que perdí...)
Si olvidara a la que ayer lo destrozó
y... pudiera amarte..
me abrazaría a tu ilusión para llorar tu amor...
Pero, Dios te trajo a mi destino sin pensar que ya es muy tarde
y no sabré cómo quererte...
Déjame que llore como aquel sufre
en vida la tortura de llorar su propia muerte...
Pura como sos, habrías salvado mi esperanza con tu amor...
Uno está tan solo en su dolor...
Uno está tan ciego en su penar....
Pero un frío cruel que es peor que el odio
-punto muerto de las almas,
 tumba horrenda de mi amor-
maldijo para siempre y me robó...
 toda ilusión...
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Yira yira
Música: Enrique Santos Discépolo
Letra: Enrique Santos Discépolo

Cuando la suerte qu' es grela,
 fayando y fayando te largue parao;
cuando estés bien en la vía, sin rumbo, desesperao;
cuando no tengas ni fe,
 ni yerba de ayer secándose al sol;
cuando rajés los tamangos
buscando ese mango que te haga morfar...
la indiferencia del mundo
-que es sordo y es mudo- recién sentirás.
Verás que todo el mentira, verás que nada es amor,
que al mundo nada le importa...
¡Yira!... ¡Yira!... Aunque te quiebre la vida,
aunque te muerda un dolor,
no esperes nunca una ayuda, ni una mano, ni un favor.
Cuando estén secas las pilas
de todos los timbres que vos apretás,
buscando un pecho fraterno para morir abrazao...
 Cuando te dejen tirao
después de cinchar lo mismo que a mí.
Cuando manyés que a tu lado
se prueban la ropa que vas a dejar...
Te acordarás de este otario que un día, cansado, ¡se puso a ladrar!


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El choclo
1947

Letra: Enrique Santos Discépolo.
Música: Ángel Villoldo.

Con este tango que es burlón y compadrito

se ató dos alas la ambición de mi suburbio;

con este tango nació el tango, y como un grito

salió del sórdido barrial buscando el cielo;

conjuro extraño de un amor hecho cadencia

que abrió caminos sin más ley que la esperanza,

mezcla de rabia, de dolor, de fe, de ausencia

llorando en la inocencia de un ritmo juguetón.

Por tu milagro de notas agoreras

nacieron, sin pensarlo, las paicas y las grelas,

luna de charcos, canyengue en las caderas

y un ansia fiera en la manera de querer...

Al evocarte, tango querido,

siento que tiemblan las baldosas de un bailongo

y oigo el rezongo de mi pasado...

Hoy, que no tengo más a mi madre,

siento que llega en punta 'e pie para besarme

cuando tu canto nace al son de un bandoneón.
Carancanfunfa se hizo al mar con tu bandera

y en un pernó mezcló a París con Puente Alsina.

Triste compadre del gavión y de la mina

y hasta comadre del bacán y la pebeta.

Por vos shusheta, cana, reo y mishiadura

se hicieron voces al nacer con tu destino...

¡Misa de faldas, querosén, tajo y cuchillo,

que ardió en los conventillos y ardió en mi corazón.

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La Cumparcita
1924

Música: Gerardo Matos Rodríguez.
Letra: Pascual Contursi y Enrique Maroni.
Si supieras,

que aún dentro de mi alma,

conservo aquel cariño

que tuve para ti...

Quién sabe si supieras

que nunca te he olvidado,

volviendo a tu pasado

te acordarás de mí...



Los amigos ya no vienen

ni siquiera a visitarme,

nadie quiere consolarme

en mi aflicción...

Desde el día que te fuiste

siento angustias en mi pecho,

decí, percanta, ¿qué has hecho

de mi pobre corazón?



Sin embargo,

yo siempre te recuerdo

con el cariño santo

que tuve para ti.

Y estás en todas partes,

pedazo de mi vida,

y aquellos ojos que fueron mi alegría

los busco por todas partes

y no los puedo hallar.



Al cotorro abandonado

ya ni el sol de la mañana

asoma por la ventana

como cuando estabas vos,

y aquel perrito compañero,

que por tu ausencia no comía,

al verme solo el otro día

también me dejó...


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citas:
http://es.wikipedia.org/wiki/Tango#Etimolog.C3.ADa

1 comentario:

  1. Que buenas que estan las letras de tango,,una estupenda seleccion dificil agragra otra mas....

    Mapu

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